*Guillermo Coronado Céspedes
III Parte

III- La Casa de Salomón
Francis Bacon refiere a la Casa de Salomón en dos momentos de su Nueva Atlántida. Primero, como parte de la exposición que el Gobernador de la Casa de Extranjeros les hace al grupo de marinos que llegan a las costas de isla de Bensalem. Se señala que el rey Salomona, hace “unos 1.900 años” además de emitir las leyes de prohibición de entrada a los extranjeros pero también de gran atención humanitaria para los mismos, creó la institución de la Casa de Salomón. El funcionario en cuestión expresa: “Sabrán, queridos amigos, que entre todos los excelentes actos de aquel rey uno de ellos tuvo la preeminencia. Fue la fundación e institución de una orden o sociedad, a la que llamamos Casa de Salomón; fue la fundación más noble que jamás se hizo sobre la tierra, y el faro de este reino. Está dedicada al estudio de las obras y de las criaturas de Dios. Creen algunos que lleva el nombre, algo corrompido, de su fundador, como si debiera ser Casa de Salomona. Pero los documentos lo citan tal como se pronuncia hoy. Lleva el nombre del rey de los hebreos, que es bastante famoso entre ustedes; conservamos parte de sus obras, que ustedes no poseen; a saber, la Historia Natural en la que habla de todas las plantas, desde los cedros del Líbano hasta el musgo que crece en las paredes; y lo mismo de todo cuanto tiene vida y movimiento. Esto me hace pensar que nuestro rey hallándose de acuerdo en muchas cosas con aquel rey de los hebreos (que vivió muchos años antes que él lo honró con el nombre de esta fundación. Y me induce bastante a ser de esta opinión de que en los documentos antiguos esta orden o sociedad es llamadas unas veces Casa de Salomón, y otras Colegio de la Obra de los Seis Días; por lo que deduzco que nuestro excelente rey aprendió de los hebreos que Dios creó el mundo y todo cuanto encierra en días, y que, por lo tanto, al fundar esta casa para la investigación de la verdadera naturaleza de todas las cosas (por lo cual Dios tendría la mayor gloria, como hacedor de ellas, y los hombres mayor fruto en su uso) le dio también este segundo nombre. Pero volvamos a nuestro asunto. Cuando el rey prohibió a su pueblo que navegara fuera de sus aguas jurisdiccionales, hizo, no obstante, esta salvedad: que cada doce años salieran del reino dos barcos con objeto de realizar varios viajes, y que en ellos fuera una comisión compuesta de tres miembros o hermanos de la Casa de Salomón para que pudieran dar a conocer el estado de los asuntos de los países que visitaban; especialmente las ciencias, las artes, manufacturas e invenciones de todo el mundo; además, traernos libros, instrumentos y modelos de toda clase de cosas; … Como ustedes pueden observar mantenemos comercio, no de oro, plata o joyas, ni tampoco sedas, especias o mercancías parecidas, sino de la primera creación de Dios, que fue la luz, por así decirlo, de los descubrimientos realizados en todos los lugares del mundo” (Bacon, Francis. La Nueva Atlántida)
Segundo, al cierre de la obra, cuando el director de la Casa de Salomón le expone los principales cuatro puntos que regulan la institución, a saber, el propósito o razón de ser de la institución, los instrumentos o instalaciones de investigación, los miembros de los grupos a cargo de distintas facetas del trabajo y finalmente, los rituales y los medios de exposición de resultados y homenajes a los inventores.
El propósito se enuncia así: “El fin de nuestra fundación es el conocimiento de las causas y movimientos secretos de las cosas, así como la ampliación de los límites del imperio humano para hacer posibles todas las cosas” (The End of our Foundation is the knowledge of Causes, and secret motions of things; and the enlarging of the bounds of Human empire, to the effecting of all things posible). Y estos objetivos se persiguen gracias a un conjunto de miembros principales de la institución que se reparten los nueve oficios o funciones de la Casa. Estos miembros o hermanos del Colegio de los seis días, son en total 36. Que conforman un primer grupo de 12 miembros, y ocho restantes grupos de tres miembros en cada uno de ellos.
Esos nueve oficios son los de los mercaderes de la luz, conformados por doce miembros. Ellos recorren el mundo de manera incógnita recopilando libros, resúmenes y artefactos de los avances científicos y técnicos de las distintas naciones.
Los restantes grupos, de tres miembros cada uno como se dijo antes son los siguientes.
Depredadores. Los que recogen todo tipo de experimentos en los documentos recolectados por los mercaderes de la luz.
Hombres del misterio. Coleccionan los experimentos de todas las artes mecánicas.
Exploradores o mineros. Los que se dedican a ensayar nuevos experimentos que consideren útiles.
Recopiladores. Se dedican a dibujar los bosquejos de los experimentos de los grupos anteriores
Iluminados o bienhechores. Estos examinan los experimentos de los otros grupos buscando deducir de ellos cosas útiles y prácticas para la vida y el conocimiento de los hombres.
Faros o Lámparas. Dirigen nuevos experimentos de mayor alcance.
Inoculadores. Ejecutan las experiencias seleccionadas y las divulgan.
Intérpretes de la naturaleza. Los que amplían los anteriores descubrimientos por medio de experimentos sobre más altas observaciones, axiomas y aforismos.
Adicionalmente se tiene un gran número de novicios y aprendices. Que adquieren los conocimientos de los actuales miembros y aseguran la permanencia de la institución con el paso del tiempo. Ellos trabajan también en las instalaciones de investigación o laboratorios que desarrollan conocimiento autóctono a partir de las fuentes externas y la propia indagación en el reino. Además sirvientes y subalternos, tanto hombres como mujeres.
Los sitios de investigación son múltiples. Bacon nos dice que se dispone de cuevas amplias y profundas, de longitud diversa, y excavadas algunas en montañas y colinas, con el fin de hacerlas todavía más profundas. Ellas conforman la región inferior puesto que están igualmente distantes del sol, de las radiaciones celestes y del aire libre. Se emplean para efectuar experimentos varios, como los relativos a las coagulaciones, refrigeraciones y conservación de cuerpos. También para la imitación de minas naturales y la producción de metales artificiales. Finalmente, para investigar la prolongación de la vida en tales condiciones de aislamiento. Poseen altas torres, algunas de media milla de altura y edificadas sobre altas montañas, que conforman la región superior, y empleadas, entre otras posibilidades, para observar directamente los meteoros, verbigracia, vientos, lluvia, nieve, granizo, auroras boreales, etc. Disponen de grandes lagos, tanto de agua dulce como salada, de los que se utilizan sus peces y aves; igualmente de sitios en el mar y en la costa para realizar ciertos trabajos que requieren del aire y vapor del agua marina. Asimismo, aprovechan ríos de corriente violenta, y cataratas para producir diversos movimientos gracias a máquinas de diversa índole; otras máquinas aprovechan la fuerza de los vientos. Los anteriores son muestras de esa infraestructura “natural” que se aprovecha en la investigación científica y tecnológica. (1)
De los medios edificados por el hombre específicamente para la investigación, se dice que los miembros de la Casa de Salomón disponen de casas grandes y espaciosas en las que se imitan y se hacen demostraciones de meteoros tales como los enumerados antes. Nótese, sin embargo, que en aquellas instalaciones de la región superior se observaban los fenómenos; ahora, en estas casas se imitan y se muestran, esto es, se experimenta con fenómenos como los meteoros antes mencionados. La ciencia baconiana trasciende la simple observación, remontándose a la experimentación.
Igualmente, se tienen “amplios huertos y jardines de diverso tipo, en los cuales, más que la belleza, tenemos en cuenta la variedad del suelo y de la tierra, adecuados para diversos tipos de árboles y de hierbas…” y en los que se practican injertos para obtener resultados varios, o bien artificialmente se provoca que los árboles florezcan antes o después de su tiempo normal, que adquieran tamaños distintos a los naturales y que sus frutos sean más dulces, mayores, y que puedan ser de utilidad medicinas También se dispone de “parques y recintos con toda clase de bestias y aves, que utilizamos no sólo para mirarlos, o por su rareza, sino para disecciones y experimentos”. En otras palabras, no jardines zoológicos para el deleite estético, sino instalaciones de investigación controlada, disección y experimento, cuya justificación última es que de estas experiencias se extrae luz “respecto de los efectos que puedan producirse en el cuerpo humano”
Lo anterior no agota la infraestructura de apoyo a la práctica investigativa. Los investigadores de la Casa de Salomón poseen todo tipo de instalaciones para producir bebidas, panes, fermentaciones medicinales; laboratorios para hacer toda clase de experimentos para esclarecer los fenómenos luminosos, acústicos; asimismo, instalaciones para experimentar con olores, sabores. Hornos de diversos tipos y gran variedad de calores que facilitan la tarea de investigar e imitar distintos procesos naturales y artificiales. Departamentos de máquinas que producen todo tipo de movimientos aplicables a la reproducción y potencialización de movimientos, como también al arte de la artillería y los fuegos artificiales.
Sin embargo, aunque posean todo este potencial instrumental y de instalaciones, la condición de búsqueda de la verdad, esto es, de la estructura o mecanismo de las cosas, sigue siendo el criterio fundamental. Así debe entenderse esta última afirmación de Bacon: “Tenemos también casas de ilusionismo en las que representamos todo tipo de juegos de prestidigitación, falsas apariencias, imposturas, ilusiones y engaños. Y, sin duda, creerás fácilmente que nosotros, que poseemos tantas cosas naturales que despiertan admiración, podríamos engañar a los sentidos disfrazando dichas cosas y haciéndolas parecer milagrosas. Pero odiamos toda impostura y falsedad: hasta el punto de que hemos prohibido severamente a todos nuestros hermanos, bajo pena de ignominia y multas, que muestren cualquier obra u objeto natural con adornos o exageraciones, debiendo mostrarlos en su pureza natural y sin ningún artificio que los haga parecer extraños”.
Finalmente la Casa de Salomón posee dos Galerías dedicadas a los modelos de los inventos técnicos, una, y la otra a las estatuas de los inventores de tales aportes al conocimiento técnico destacados. Es la función de los grandes museos actuales de ciencia y tecnología.
A un análisis más profundo de la utilización de esta estructura investigativa de la Casa de Salomón, se consagra la siguiente y última parte de esta exposición.
Nota.
1) Hemos empleado para la enumeración de los varios sitios de investigación que se presentan en la obra de Bacon bajo consideración mi texto titulado “La Valoración de la Ciencia y la Tecnología: un espejo distante”. Praxis. Revista del Departamento de Filosofía de la Universidad Nacional. #41-42. Enero-Mayo 1991. Pág. 3-10.